martes, 14 de noviembre de 2006

Estas son las cinco cosas que debe mejorar Millonarios de cara a los cuadrangulares semifinales

Jugar a ritmo de vértigo en Bogotá y hacer valer la tradición de equipo 'grande' son dos de los cinco puntos clave para aspirar a la disputa del título del Finalización.

La defensa. Si Millonarios duró 383 minutos sin recibir gol fue porque encontró a un arquero de jerarquía (Juan Carlos Henao) y a una defensa que suplió sus limitaciones con trabajo, orden, concentración y sentido colectivo. Pero en los dos últimos partidos los cambios en los cuatro zagueros titulares e infantiles errores individuales prendieron las alarmas. Por eso en los cuadrangulares debe aflorar la experiencia de Gerardo Bedoya, la tenacidad de Wilman Conde y el juego práctico de Ómar Rodríguez.

Sorpresa. Al hecho de jugar a ritmo de vértigo en Bogotá, con un fútbol que no pierda precisión en velocidad, hay que añadirle otra cualidad que se ha perdido en los recientes partidos: la sorpresa. Si a Millos le ha costado trabajo anotar goles es porque no sorprende al rival con variantes ofensivas diferentes a la apertura de la cancha, al cambio de ritmo en el último cuarto de la misma o al pelotazo. Con lo poco que tiene en ataque en materia de jugadores, Millonarios necesita reinventarse en su ofensiva.

Rodear a Ballesteros. Este punto es una derivación del anterior. Orlando Ballesteros no tiene en Millonarios a ningún atacante que hoy 'le haga sombra' en capacidad goleadora, sacrificio y experiencia. Por eso será fundamental que el técnico Juan Carlos Osorio logre rodearlo de la mejor manera con jugadores en función de mediapunta o 'volantero' como Jairo y Rafael Castillo, o con Ricardo Ciciliano y Sebastián Hernández, que saben pisar el área y hacer goles. Hay tiempo para lograrlo.

Jerarquía. Un equipo como el Millonarios que perdió contra Pereira deja mucho que desear en materia de jerarquía. Y si en el cuadrangular B hay uno de los cuatro integrantes al que no le debe faltar este factor, ese es el equipo albiazul. Por historia, por títulos y por la necesidad de ganar el campeonato colombiano después de 18 años, Millos es el que más debe acudir a su nombre y al peso de su camiseta para hacerlo valer en la cancha. La jerarquía es el plus que realza el trabajo táctico y el talento.

Equilibrio. Si algo caracteriza al Millos que dirige Juan Carlos Osorio es el equilibrio. Hay un equipo compensado y solidario. Pero esta virtud se perdió cuando el técnico ensayó variantes en la formación titular. Por ejemplo, al romper la línea de tres volantes con la exclusión de Juan Carlos Quintero frente al Pereira. Ahí Millonarios no fue eficiente en la marca ni la recuperación de la pelota. Y de mitad del campo hacia adelante, sin Jairo Castillo ni Sebastián Hernández, el peso ofensivo recae solo en Ballesteros.

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